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Una tragedia silenciosa: más de 100.000 muertos desde 1980

Según datos de Agencia Europea del Medio Ambiente (EEA), desde 1980 España acumula más de 100.000 víctimas mortales por fenómenos meteorológicos extremos —inundaciones, olas de calor, lluvias torrenciales, sequías— exacerbados por el cambio climático.

Con esto, España se consolida como el país de la Unión Europea con más fallecidos por este tipo de eventos. 

En un contexto donde los fenómenos extremos ya no son excepcionales, sino recurrentes, la falta de información adecuada y a tiempo se convierte en un factor de riesgo. Y aquí es donde iniciativas como Citialert juegan un papel decisivo.

Más allá del dolor humano: pérdidas económicas colosales.

No solo hablamos de vidas: los episodios extremos también han infligido un enorme coste económico. En toda la UE se estiman 822.000 millones de euros en daños desde 1980.

Normalización del desastre climático: una emergencia permanente.

lo que antes se consideraba excepcional ya empieza a parecer normal. Olas de calor más frecuentes e intensas, incendios cada vez más graves, tormentas torrenciales, lluvias destructivas… La crisis climática se ha instalado en nuestro día a día.

Lo que antes era un episodio aislado, hoy es una tendencia.

„La pregunta es: ¿el miedo a perder beneficios inmediatos justifica condenar a muerte a miles de personas y hipotecar el futuro de millones?“

Clamar por un cambio urgente: de la negación a la acción.

Negar la crisis climática o relegarla a un problema futuro ya no es una opción: sus consecuencias se palpan hoy, con muertos, desplazamientos, pérdidas económicas, destrucción de entornos naturales, y afectación de comunidades vulnerables.

España tiene hoy una encrucijada: seguir ignorando la evidencia —y pagar con más tragedias—, o asumir que la transición hacia energías limpias, adaptación al cambio climático, políticas preventivas y compromiso real con el medio ambiente son no solo necesarios, sino urgentes.